Querer que nuestros hijos respeten y nos respeten es algo que podemos ponernos de acuerdo dentro del entorno educativo. Educar con respeto es lo que te propongo en este articulo.
El respeto como tal, proviene del latín respectus, que traduce ‘atención’, ‘consideración’, y originalmente significaba ‘mirar de nuevo’, de allí que algo que merezca una segunda mirada sea algo digno de respeto .
Querido lector, para acercar tu mirada un poco más al “respeto” , permíteme que te preste una metáfora, tomando prestada a la naturaleza, y en concreto el árbol del Pistacho, que crece cerca de mi heredado del amor de mis orígenes.
Sin darte muchos detalles, te cuento: Resulta que este árbol nace de un injerto , de una ramita de pistacho con otro (que no recuerdo su nombre) , y unidos en sus raíces se plantan y tardan al menos 4 o 5 años en dar sus primeros frutos. Para que ésto ocurra , la luz, el sol, el agua, y la temperatura, son unos factores vitales en este proceso. Y aunque sabemos que no se puede controlar a la naturaleza, mi Tío Pepe, el experto en ésto , se pasa el año con FE. Acompañarlo al campo es una maravilla.
Se pasea por la finca, repasando cada árbol, las hojas, el tallo. Va viendo como cada injerto en su proceso de maduración lleva ritmos distintos. Observa el árbol, palpa las vainas del fruto, examina la tierra , acompaña a cada árbol tratando de elegir cuál es la mejor estrategia para el buen crecimiento y desarrollo de cada injerto que hizo en su momento.
Y de los factores externos, luz, calor, y frio, no puede “controlar” nada. Solamente la cantidad de agua de un pozo, que da beber a cada árbol, es la que ”estudia” una vez que sabe qué necesidades tiene, para ni dejarlo seco ni ahogado.
¿Cómo es el acompañamiento que haces a tus hijos a tus alumnos?, ¿permites sus ritmos de crecimiento, aprendizaje, y maduración?, o por el contrario , con las prisas del día a día ¿agobias, criticas, asfixias, sobreproteges, para que este niño o adolescentes sea o se comporte de una manera determinada?
Y no digo que no haya que poner normas y límites. Te invito a que te des cuenta que posición es la que ocupas para ponerlos: si están en coherencia con lo que tu hijo/alumno necesita o es lo que tú quieres y deseas para él/ella.
Quizás mi reflexión es si permitimos a nuestros hijos y alumnos:
Para mi Respetar a mis hijos, a mi marido, a mis alumnos, me lleva a hacer una segunda mirada. La primera lleva el impulso de hacer y decir lo que creo desde mi , por mi experiencia en la vida, creyendo que tengo la verdad absoluta. La segunda, me pone en contacto con el otro, y con amor acompaño el proceso de vida que esté viviendo. Y mi labor no es que hagan lo que creo que es acertado, mi labor es acompañarles, estar disponible, confiar, amarlos como son, utilizando estrategias psicoeducativas con mis hijos y alumnos, pero sin dejarlos ser ellos mismos.
¿Qué es para ti educar con respeto?