Ser madre o padre entraña una enorme responsabilidad. En los últimos días, mi andar por la vida está teniendo un valor incalculable y de nuevo mi familia es una de mis grandes maestras. Hoy hablaré de la inteligencia emocional en la familia.
Ya he escrito a cerca de la inteligencia emocional en otras ocasiones. Hoy os traigo una reflexión, cómo favorecer la inteligencia emocional en familia.
Querido lector, comparto contigo una idea común creo, la enorme dificultad de educar, de educar en familia. Hemos crecido cada uno de nosotras dentro de nuestras familias y allí cada uno aprendimos unas reglas del juego. Unas reglas que nos ayudaron a sobrevivir en aquella familia. Digo sobrevivir, porque estaréis conmigo que alguna de las reglas no nos gustaban nada, y si o si, aprendimos que era lo que había y a callarse.
Formar una familia, implica conocer nuevas reglas del juego. Primero las de tu marido o tu mujer, tu pareja. Unas reglas que en muchos momentos se tornan contradictorias a las que tu jugabas en tu casa, y walaaaa, empieza el caos.
Y como ya no vivimos en nuestra familia de origen, y estamos construyendo nuestra propia familia, ¿qué hacemos? Volver a sobrevivir!.
¿Qué es aquello que podemos hacer para acompañar a nuestros hijos, para disfrutar de nuestra vida en pareja y además cuidar de la inteligencia emocional en familia?, primero hacer lo que puedas. Hayas hecho lo que hayas hecho hasta ahora, es lo que podías hacer con los recursos que tenías.
A continuación, te presto algunas ideas, a modo de reflexión porque la vida va pasando por mí, toca, duele, entro en contacto con el dolor, y como si de un buen guiso se tratara, me quedo con el buen olor del final, el aprendizaje:
La inteligencia emocional en familia, pasa primero por acoger tu propia emoción: mi propia rabia. Al abrazarla, soy capaz de sentir mi vulnerabilidad, y mi dolor. La rabia esta dentro de la condición humana. Ni es mala, ni hay que evitarla ni rechazarla. Simplemente te avisa de que se ha transgredido un límite y necesitas nuevas reglas.
Solo en contacto con lo mejor de mí, puedo permanecer al lado de mi marido, sin juicio, aun cuando no aprobaba su decisión. Conversar sobre que reglas del juego quiere para nuestra nueva familia, no la suya, ni la mía. Y empezar a andar juntos un camino a veces incómodo, por lo nuevo, por la incertidumbre. Vamos lo que es estar en la vida.
Y al lado de mi hijo, que sintiera que aun secuestrado por su enfado, mamá lo quiere. Eso no quita, que una vez calmado, le hiciera ver qué ventajas e inconvenientes tienen ciertos comportamientos en la vida, y a donde le pueden llevar. Necesita experimentar las consecuencias de sus comportamientos.
¿Quieres empezar a entrenar la inteligencia emocional en familia? , no rechaces nada de lo que ocurra, de lo que sientas ni de lo que pienses. Todo tiene una PARA QUE, algo mucho más profundo que no se ve a simple vista, explora!