LA IDENTIDAD Y EL PROCESO DE INDIVIDUACIÓN DE UN ADOLESCENTE

La adolescencia, un mundo maravilloso por descubrir entre padres e hijos

Llega la etapa de la adolescencia, en unos hogares antes que otros, y parece que esa “armonía familiar” que reinaba en la familia, día a día se desvanece. Nuestro hijo/a a menudo no está conforme con nada de lo que hacemos, decimos o proponemos.

Quizás este post os puede ayudar a aclarar algunas ideas y os provee de nuevas posibilidades.

La identidad

La identidad es un conjunto de características que diferencian a un individuo de otro, es la articulación dinámica y evolutiva de las identificaciones del individuo a lo largo de su vida.

La identidad va evolucionando en las distintas etapas de una persona. Desde la infancia a la vejez, el niño/a va integrando nuevas identificaciones, va identificándose con sus sucesivos roles y funciones, sus nuevas capacidades y asumiendo las pérdidas.

La identidad de nuestro recién nacido (a penas recordamos este gran momento en el que nuestra vida quedó transformada para siempre) se esboza, ante todo, en la realidad interna de la madre. De hecho ya durante el embarazo, la madre iniciará su  relación con su bebé según la representación que en su mente se  haga de éste, construida mayormente a partir de sus propias experiencias emocionales y de sus expectativas.

En un comienzo, la interacción entre la madre, el padre y el bebé estará en buena parte determinada por esta representación, que es la identidad de dicho bebé en la mente de sus padres.

Entonces, a través de las sucesivas identificaciones con estas imágenes que los padres ofrecen, la interacción ayuda al niño a estructurarse y a construir su identidad. Por supuesto, las identidades del hijo en la mente de cada padre pueden ser parecidas, o distintas, e incluso contrapuestas.

Proceso de individuación

FORMACIÓN de un NÚCLEO COHERENTE DE IDENTIDAD, que incluye el desarrollo de capacidades y funciones, y le permite orientarse y relacionarse mejor con su entorno, con sus padres, y el resto de los niños (ahora adolescentes).

El niño puede ser “el mismo”, más allá de las expectativas y temores de los padres. El Objetivo es que se relacione de manera sana con todos sus ROSTROS o facetas.

Encuentro con adolescentes ‘Mirarse al otro espejo’

Y para ello, esta tarde en el ENCUENTRO CON ADOLESCENTES- MIRARSE AL OTRO ESPEJO, vamos a compartir un espacio precioso: de exploración, de búsqueda de quiénes somos. Vamos a acercarnos con cuidado, con cariño y mucho amor, a un espacio de nuestra identidad que no conocemos, nuestra sombra. Esa parte de nosotros, de cada uno, de adultos, niños y adolescentes, que desde la infancia aprendemos a rechazar.

Desde niños aprendemos a identificarnos con lo que se espera de nosotros, con lo bueno, con la generosidad. Y todas esas cualidades que no se adecuan a nuestra imagen, (a la imagen que papá y mamá han hecho de mi fundamentalmente) aprendemos a esconderlas.

Juntos, adolescentes y padres, vamos a aprender a compartir, a dudar, a preguntar a cerca de nuestra sombra. ¿Cómo se ha creado? ¿para qué está aquí? ¿qué mensaje viene a darme?

Carl Jung decía: “Prefiero ser una persona completa antes que una persona buena”.

¡Os espero!

 

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