Una de las definiciones de Globalización por la Real Academia Española, nos dice: “Difusión mundial de modos, valores o tendencias que fomenta la uniformidad de gustos y costumbres.”
Parece que está de moda este término. No os parece?. Queremos que nuestros hijos vayan a los mejores colegios (aunque no podamos pagarlos en algunos casos), los inflamos de extraescolares, corremos para llegar a cualquier sitio; Los padres mantenemos “como podemos” dos coches, pagamos seguros médicos, aplazamos los pagos de las tablets, las reformas de la casa y nos esforzamos por pagar las hipotecas. Cuando llega el fin de semana, hasta viajamos para llegar al partido de futbol de nuestros hijos, donde también llegamos con la lengua fuera, porque quizás antes hemos hecho la compra de la semana, organizado la casa, o nos hemos pasado por casa de nuestros padres,  a los que no vemos desde hace 15 días.
Esta vida es una maratón. Queremos llegar a todo, no nos perdermos nada!. Vida social, cuerpo estupendo, imagen maravillosa de vida y una economía que se adapte a todos nuestros “caprichos”. Y lo más importante, este es el modelo que estamos enseñando a nuestros hijos: Corre que no llegamos!, exigencia, quejas, prisas, y estrés para disfrutar de la vida, es la herencia que estamos dejando a nuestros pequeños.
Hablaba esta semana con una buena amiga de Sevilla, La Fantástica. Hablábamos de nuestras vidas , de cómo estábamos nosotras y el resto de amigas. Y de nuevo salió a relucir lo que veo en mis sesiones de Coaching: “No cojo a mis hijos en brazos, porque no me da tiempo ; Corro para llegar a todo; Si no exijo, las cosas no se hacen”
No estamos entrenados al vacio. Si, a no hacer nada, a no saber las respuestas de las cosas. La incertidumbre nos aterra. Queremos tener nuestra vida llena de acciones, respuestas, contestaciones, soluciones. Creemos, que llevando esta vida desenfrenada estaremos más felices. Que haciendo lo que los demás hacen (imitar valores, formas de comportamiento, hasta copiamos las decoraciones de las casas, o los modelos de coche!!), vamos a estar completos y satisfechos.
Y de pronto, un día, la vida te da un aviso, porque funcionamos así: una enfermedad a ti, a tu vecino, a un familiar; o tienes un esguince, o te despiden. Y tienes que parar. Parar de correr por fin!!. Parar de querer ser superwoman (mama de tres hijos, casa, trabajo, hija, amiga….). Uff, es que no puedo mas, me dicen!.
Vamos a parar antes de que la vida nos avise a gritos. Vamos a parar, y pensar cómo quiero vivir?, qué es lo realmente importante para mí en la vida?, qué es lo que quiero hacer para sentirme bien, a gusto conmigo misma y con mi familia?.
Y cuando somos capaces de escribir las dos o tres cosas importantes de nuestra vida, nos damos cuenta de que hay momentos de vació, de no hacer, de enjuiciar, de ser, de estar. Hace cuanto no te “tiras en el sofá de casa”?, hace cuanto no coges un libro y lees?, hace cuanto no te permites vaguear?.
Si lo importante para ti es dedicarle TIEMPO a tus hijos que  son pequeños, y los quieres coger, abrazar, hacer la comida que consideras saludable, DEJA DE HACER otras cosas: haz tareas de casa por la noche, o simplemente no las hagas, o deja el espacio para que otros las hagan. Sal menos los fines de semana, y dedicarle ese tiempo a tus hijos.” Los fines de semana me encanta preparar el desayuno junto a mis hijos, tarde, sin horarios”
Vivir es disfrutar de cada momento, es priorizar, es pagar un peaje. Si quiero vida social (partidos de futbol, comidas en el Club, ver a las amigas, estar en la fiesta del verano…) no se la dedico al disfrute de mis hijos, o a mi pareja, o a mis padres, ni a mi. Si quiero llegar a TODO, mi cuerpo , mi mente , mi salud y los que me rodean, lo sentirán. CORRE QUE NO LLEGAMOS. ( Y de nuevo no hay correlación entre lo que pienso, lo que digo y lo que hago).
Y este comportamiento de sentirnos únicos, seguros y en confianza se entrena. En las clases extraescolares de esta semana, lo practicábamos . Como de una silueta básica de una mariposa, cada uno la acababa de una manera inesperada, sorprendente: unos usaban el pegamento, tijeras, recortes, y otros solo colores. Cada niño plasmaba en el dibujo su esencia, sus formas, sus aprendizajes.Como disfrutaban!!, y darse cuenta de cada uno de ellos es diferente, maravilloso y único.
Confiemos en nuestras respuestas, en nuestras intuiciones.
Para, respira y pregúntate: Cómo quiero construir mi vida?. No busques excusas, ni exigencias, ni es que : “lo que tengo que hacer….”.
Aprendemos a reencontrarnos y confiar que ese vació, está lleno de respuestas maravillosas.

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