Estamos quizás ante el verano más atípico de lo que hayamos vivido muchos de nosotros. Quizás nuestros mayores, tienen el recuerdo de momentos de la guerra o postguerra, donde vivieron experiencias algunas dolorosas. Aun así a mí me cuentan “esto es lo más duro que he vivido en mi vida”. Y esto me lo dice una bisabuela de 90 años, que se quedó viuda con 5 hijos, y creedme ha vivido un mar de situaciones de vida para salir adelante.
Y es que nadie podía prever que pudiéramos vivir una situación como esta. Parece una peli de Steven Spielberg:
Y qué queréis que os diga, esto es lo que hay. Podemos quejarnos, podemos pasar y saltarnos las normas, podemos criticar al gobierno al andaluz o al central, puedes hacer lo que te venga en gana, esto es lo que hay.
A ratos la vida trae una ola, esta vez en forma de tsunami, y como ser humano no nos queda otra que adaptarnos, que aceptar las circunstancias de la mejor manera posible.
¿Y esto cómo lo hacemos?
Mirad al cerebro no les gustan los cambios. El cerebro es un órgano cuya función principal es la supervivencia y para esto tiene 2 mecanismos principales: la conservación y el ahorro de energía. Por eso le gustan las rutinas y repetir y repetir las cosas.
Pero cada uno de nosotros somos más que nuestro cerebro. Tener la certeza de que a nuestro cerebro no le gustan los cambios, solo nos da la responsabilidad de hacernos cargo de nuestra manera de estar de pie en la vida.
Y si, lo sé, echamos de menos las vacaciones del año pasado, o que la comunión de mi hijo será en septiembre y tenía un plan pensando en Mayo y ahora ninguno para septiembre por que aún no sabremos cómo irán los contagios y si nos podremos reunir.
Y nuestra cabeza se va al futuro queriendo tener certezas, que son bastante improbables que ocurran, no solo por el Covid sino porque no tenemos una bola de cristal ni tenemos el poder de ver el futuro.
Lo que sí está en nuestras manos es algo muy sencillo a la par que nuevo, por lo tanto el cerebro no le da una grata bienvenida: “esto es difícil, de verdad que te vas a poner a hacer esto ahora, que tontería no….” Serán algunas de las frases que quizás escuches en tu mente cuando comiences a leer esta sencilla instrucción.
ANTE LOS CAMBIOS, ESCÚCHATE: QUÉ SIENTES Y QUÉ NECESITAS.
Es un ejercicio tremendamente sencillo. Uno de los cambios que más nos ha tocado vivir en estos meses ha sido trabajar en casa y “acompañar” (este tema da para otro post) a nuestros hijos en las tareas escolares. A parte de vivirlo en primera persona, en el confinamiento he trabajado de manera personal con madres, padres y maestras y creedme si os digo que tengo una mirada amplia de la situación.
Una gran mayoría de familia lo ha vivido con tensión, estrés, ansiedad, agobio, etc…
Ahora que ya sabes lo que sentías y lo que necesitabas, mira a ver si esa emoción y esa necesidad ya están cuidadas y atendidas. Si de alguna manera, aunque ya no hay “deberes” de los niños esa emoción ya a penas se presenta. Si la necesidad de entonces ya está cubierta.
¿Aún no? ¿La emoción y la necesidad siguen presentes de alguna manera? Lo sé a mí también me pasa, cuando “me olvido de mí”, mi sentir y mi necesidad quedan en un segundo plano tomando relevancia las emociones y las necesidades de los demás. Y ¿sabes lo que pasa a continuación? Que como nuestras necesidades no estas vistas ni atendidas, sin querer, de formar inconsciente “exigimos” a los demás que cubran nuestras necesidades: “si me obedecieras viviría tranquila”; “si me comprendieras sería que te importo”;
Ante cualquier cambio laboral o personal, escúchate, qué sientes y qué necesitas. Y nuestra gran responsabilidad es encontrar un mecanismo en nuestra propia vida en
Una de las maneras de estar en contacto contigo es verte, y esto no es solo ropa mona y a la calle!!!jaajajaja, que también. Vernos es vernos en toda nuestra complitud. Y cuando de forma adulta atendemos y cuidamos nuestras vulnerabilidades, te das cuenta que puedes estar de pie en la vida pase lo que pase. Y esto se convierte en un viaje de vuelta hacia nuestra familia y nuestros hijos, porque ya estas entrenada en ver que sienten y que necesitas, y comienza una forma bastante diferente de construir familia.
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