MOLDEAR LA AUTORIDAD DESDE LA EXCELENCIA

La primera edición del programa “prepárate con excelencia para unas vacaciones en familia”, ¡ha llegado a su fin!

Acompañar a madres y a padres en su excelencia, me apasiona. Y más aún, vivir en primera fila como madre, este viaje, esta transformación y aventura. Un viaje lleno de días de sol, alegrías y satisfacciones y también con días de lluvia, truenos y relámpagos.

Sabemos que no tenemos un manual de instrucciones para acompañar a nuestros hijos en su viaje de maduración. Pero lo que si tenemos es la capacidad de elegir, de hacernos responsables de nuestros comportamientos, porque a menudo, nuestras palabras y nuestras acciones, no aterrizan en familia como deseamos.

De todo esto nos hemos hecho cargo un grupo de padres y madres, fabulosos, entregados, con ganas de aprender y crecer.

¿Cómo llega una familia a realizar un programa como este?

Es social la creencia de que “somos mucho más valiosos en función de lo que hacemos, en función de nuestros resultados”. Esta creencia se cuela en nuestras vidas.

En nuestra etapa infantil, existían momentos en los que aprendíamos rápidamente, a “HACER” cosas para “QUE NOS QUISIERAN”. De modo que si te portabas bien o hacías lo que se esperaba de ti, “te querían más, o recibías gestos cariñosos y amorosos”; y al contrario, si no cumplías con aquello que debías, si tu comportamiento no era el adecuado, recibías desaprobaciones y críticas.

De modo que aprendimos que “HACER” era mucho más importante que “SER”. Y comenzamos a vivir, a relacionarnos, a construir nuestras vidas, con un antiguo paradigma.

Donde es importante “TENER” una carrera, un novio, un coche, una casa…. y “HACER” un trabajo, unas vacaciones, una cena en tal restaurante… y así “ERES” alguien, eres “FELIZ”. Nunca más lejos de la realidad.

Con este paradigma y con esta creencia, no podemos parar de “HACER”. Así cada vez tenemos más trabajo, más responsabilidades, más objetivos que cumplir y más cosas pendientes que realizar.

Y es que creemos que “somos lo que hacemos”, de modo que si no hacemos, no tenemos, no somos nadie, sentimos un vacio.

Y como la vida es una aventura, llega una crisis, la bendita crisis, una ruptura matrimonial, una pérdida dolorosa, una enfermedad…. y la vida te da una segunda oportunidad.

Entonces es cuando debemos parar y respirar y elegir en libertad.

¿QUIÉN SOY? ¿Cuáles son los valores con los que quiero construir mi vida? ¿Qué cualidades de mi quiero resaltar? Y realmente, ¿Qué me hace feliz? Y empieza el paradigma por el “SER”.

Una vez que sabes quién eres, “HACES” y te dedicas a explotar tu talento, porque tienes una misión, un propósito en la vida. Lo que tienes es perfecto, es maravilloso. Ahora vives en coherencia porque realmente lo importante es lo que sientes y no lo que haces.

Y es desde este paradigma desde donde es necesario construir los pilares básicos de la educación.

A menudo recibo en sesiones a padres y a madres realmente preocupados, porque sus hijos sean responsables. Quieren que tengan éxito, que tengan buenos trabajos, que aprendan idiomas, que no desaprovechen las oportunidades. Claro, esto lo queremos todos los que somos padres.

Tristemente en las aulas, en las academias, en las tutorías, sigue anteponiéndose el conocimiento a la persona. Seguimos copiando los modelos de aprendizaje del siglo pasado.

Nuestros hijos, nuestros alumnos, serán los líderes del mañana. Nuestro trabajo como educadores, es acompañarles para que se conozcan, se acepten, que amen cada uno de sus puntos de mejora. Solo comenzando por defender lo que nos diferencia, somos únicos y maravillosos. Podemos llegar a construir un mañana donde el respeto, la libertad, la tolerancia, el perdón, la compasión, la confianza, sean los valores que abanderen las instituciones, los colegios o las comunidades de vecinos, etc.

Querer “HACER” hijos, o alumnos “a medida”, o “estándar” es uno de los errores más comunes de este siglo.

¿Para qué realizar este programa?

Para poder ejercer nuestra autoridad con excelencia. Tenemos un trabajo previo:

Realizar una mirada hacia dentro, hacia cada uno de nosotros y comenzar a construir nuestra vida con un nuevo paradigma. Dejando atrás: tengo que, debo, necesito, es decir, dejar de vivir la vida desde la obligación, el esfuerzo y el sacrificio. ¿Te atreves?

Si quieres formar parte de una Comunidad que educa desde la Excelencia, con respeto y confianza, ¡ponte en contacto conmigo!

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